Memorial
San Juan Pablo II

 

Damos comienzo a este Memorial de San Juan Pablo II donde EWTN te ofrece un recorrido por la obra y el legado de un santo de todos los tiempos. 

«¡No tengáis miedo! Abrid, más aún, abrid de par en par las puertas a Cristo.»

 San Juan Pablo II

madre angelica

La vida del ‘Papa peregrino’

Karol Józef Wojtyla, conocido mundialmente como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, una pequeña ciudad situada a 50 kilómetros de Cracovia. Fue el segundo hijo de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929, su hermano mayor, Edmund, que era médico, murió en 1932, y su padre, un suboficial del ejército, falleció en 1941.

A la edad de 9 años, Karol recibió su Primera Comunión y a los 18 fue confirmado. Completó su educación secundaria en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, y en 1938 se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de teatro.

Cuando la Universidad fue cerrada por las fuerzas de ocupación nazi en 1939, Wojtyla tuvo que trabajar en una cantera y posteriormente en la fábrica química Solvay, para ganarse la vida y evitar ser deportado a Alemania.

En 1942, sintiendo la llamada al sacerdocio, comenzó a asistir a clases en el seminario clandestino de Cracovia, bajo la dirección del Cardenal Adam Stefan Sapieha, Arzobispo de la ciudad. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del «Teatro Rapsódico», también clandestino.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, que había reabierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta que fue ordenado sacerdote en Cracovia el 1 de noviembre de 1946.

Poco después, el Cardenal Sapieha lo envió a Roma, donde obtuvo su doctorado en teología en 1948 bajo la tutela del dominico francés Garrigou-Lagrange, con una tesis sobre la fe en las obras de San Juan de la Cruz. Durante ese tiempo, Wojtyla aprovechó sus vacaciones para realizar labores pastorales entre los emigrantes polacos en Francia, Bélgica y Holanda.

De regreso a Polonia en 1948, fue asignado como vicario en varias parroquias de Cracovia y capellán universitario hasta 1951, momento en el que retomó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953, presentó en la Universidad Católica de Lublin su tesis titulada «Evaluación de la posibilidad de fundamentar una ética católica en el sistema ético de Max Scheler». Posteriormente, se convirtió en profesor de Teología Moral y Ética Social en el seminario mayor de Cracovia y en la Facultad de Teología de Lublin.

El 4 de julio de 1958, el Papa Pío XII lo nombró Obispo Auxiliar de Cracovia, recibiendo la ordenación episcopal el 28 de septiembre de ese mismo año en la catedral del Wawel, Cracovia, de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak.

El 13 de enero de 1964, fue designado Arzobispo de Cracovia por el Papa Pablo VI, quien lo creó cardenal el 26 de junio de 1967.

Wojtyla participó activamente en el Concilio Vaticano II (1962-1965), donde desempeñó un papel destacado en la elaboración de la constitución pastoral *Gaudium et Spes*. Además, asistió a todas las asambleas del Sínodo de los Obispos.

Desde su elección como Papa el 16 de octubre de 1978, Juan Pablo II ha realizado 104 viajes pastorales fuera de Italia y 146 dentro del país. Como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias de la ciudad.

Entre sus documentos más importantes se encuentran 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas. Además, el Papa publicó cinco libros: «Cruzando el umbral de la esperanza» (octubre de 1994), «Don y misterio» (noviembre de 1996), «Tríptico romano» (marzo de 2003), “¡Levantaos! ¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (publicado en la primavera de 2005).

Juan Pablo II ha presidido 147 ceremonias de beatificación, proclamando a 1338 beatos, y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Ha celebrado 9 consistorios, en los que creó 231 cardenales (incluyendo uno *in pectore*). También ha presidido 6 asambleas plenarias del Colegio Cardenalicio.

Desde 1978 hasta hoy, el Papa ha dirigido 15 Asambleas del Sínodo de los Obispos: 6 ordinarias, 1 general extraordinaria y 8 especiales.

Ningún otro Papa ha tenido tanto contacto directo con la gente como Juan Pablo II: más de 17.600.100 peregrinos han asistido a las 1160 Audiencias Generales celebradas los miércoles, sin contar las audiencias especiales y ceremonias religiosas, así como los millones de fieles que encontró durante sus visitas pastorales en Italia y el resto del mundo. También mantuvo numerosas reuniones con jefes de estado y gobierno durante 38 visitas oficiales, 738 audiencias con jefes de estado y 246 encuentros con primeros ministros.

Oración oficial de San Juan Pablo II

¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!

Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús.

Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra.

Bendice las familias, ¡bendice cada familia!

Tú advertiste el asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.

Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.

Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

Cardenal Angelo Comastri 
Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano

 

¿Por qué el Rosario era la oración favorita de San Juan Pablo II?

«El Rosario es mi oración preferida. Oración maravillosa en su sencillez y en su profundidad. En esta oración repetimos muchas veces las palabras que la Virgen María escuchó de boca del ángel y de su prima Isabel. A estas palabras se asocia toda la Iglesia.

Se puede decir que el Rosario es, en cierto modo, una oración-comentario del último capítulo de la Constitución «Lumen Gentium» del Vaticano II, capítulo que trata de la admirable presencia de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Sobre el fondo de las palabras «Dios te salve, María», pasan ante los ojos del que las reza los principales episodios de la vida de Cristo, con sus misterios gozosos, dolorosos y gloriosos, que nos hacen entrar en comunión con Cristo, podríamos decir, a través del corazón de su Madre.

Nuestro corazón puede encerrar en estas decenas del Rosario todos los hechos que componen la vida de cada individuo, de cada familia, de cada nación, de la Iglesia y de la humanidad: los acontecimientos personales y los del prójimo y, de modo particular, de los que más queremos. Así, la sencilla oración del Rosario late al ritmo de la vida humana».

S.S. Juan Pablo II