El Estatuto Ontológico del Embrión
27 de marzo de 2024

Frente a la tesis que niegan carácter personal al embrión humano, muchos autores contemporáneos coinciden en destacar que la identidad personal va unida al hecho de tener el mismo cuerpo, de tener un fenotipo propio, resultado de la síntesis entre genotipo y ambiente. El fenotipo es la clave de la identidad biológico personal ya que permite distinguir incluso a un gemelo de otro, mientras el genotipo no puede distinguirles. «Durante su vida la expresión de estos genomas idénticos interactúa con numerosas condiciones ambientales diversas, que contribuyen a determinar la forma dinámica de la vida de cada uno de los gemelos, ambos gemelos representan un fenotipo que es único con respecto al ciclo vital. Cada gemelo monocigótico posee su identidad orgánica».[1] La diferente interacción con el medio, por ej. el hecho de nacer más tarde puede explicar el fenómeno del desarrollo de una enfermedad de base genética, como la esquizofrenia, sólo en uno de los gemelos y no en el otro.

El fenotipo manifiesta así la continuidad del yo, pese a sus transformaciones físicas: en el periodo de siete meses aproximadamente el ser humano  ha renovado todas sus células, salvo  las neuronales. .»Es un dato de la experiencia vivida, confirmado por la reflexión filosófica, la permanencia de mi identidad en el tiempo: el yo que era ayer, el sujeto de mi existir, continúa siéndolo también hoy  a pensar de los posibles cambios, J.Watson, Premio Nobel de Medicina, ha calculado que las células del cuerpo humano se renuevan siguiendo el ritmo de un 0´5 % cada día. Y como el cuerpo de un hombre adulto posee alrededor de 50 mil millones de células, cada día se renuevan cerca de 300 millones; de este modo cada siete meses el organismo se regenerará casi del todo. Mi cuerpo actual no es igual al de hace cinco años  y es diferente de mi cuerpo infantil, fetal y embrionario, pero es constitutivamente idéntico: era y soy siempre yo mismo» [1] .

 Ya hemos dicho antes  que la continuidad fenotípica del embrión desde la segunda  división celular (en la tercera y cuarta célula)  parece ahora avalada científicamente tras el descubrimiento de  Surani  y el de   Zernicka- Goetz, Magdalena y Piotrowska, Karolina, , según el cual la división entre el embrión y la placenta comienza ya en la segunda división celular..

La distinción entre persona, como estructura, que se da desde la fecundación, y personalidad, que requiere el desarrollo psicológico, aparece  en diferentes autores contemporáneos .Así en  Mounier puede leerse: » Mi persona no es la conciencia que yo tengo de ella. Si definimos la personalidad como la síntesis de personalización, mi persona no coincide con mi personalidad. Ella está más allá , más allá de la conciencia y más allá del tiempo, es una unidad dada, no construida, más amplia que la visión que yo tengo , más íntima que las reconstrucciones intentadas por mí»[2]  Este texto de Mounier muestra de modo exquisito la diferencia entre la filosofía  personalista, que reivindica la dignidad de todo ser humano desde la concepción y el personismo, al que hemos hecho referencia con anterioridad,  que limita el reconocimiento de la dignidad a los que demuestran poseer la excelencia de la autoconciencia o de la capacidad de experimentar placer y/o dolor.

[1]  Lucas Lucas, Ramón, El estatuto  antropológico del embrión, en VVAA Identidad  y estatuto del embrión humano,  Madrid, EIUNSA,2000,p.156

[2]  Mounier, Enmanuel , Revolution personaliste et communautaire, Paris, Aubier, 1935,,p. 68 s.cit por Lucas Lucas, El estatuto antropológico del embrión humano en VVAA Identidad ,cit. p. 173. Una distinción semejante se encuentra en Guardini, Romano, «I diritti del nacituro»,en Studi Cattolici 1974, y en Botturi, Francesco .Per la Filosofia, 1992

«“La personalidad es una cosa que se va configurando a lo largo de la vida. Constituye un término progresivo de desarrollo vital. «

Xavier Zubiri cree que desde el cigoto existe el hombre como sistema orgánico y psíquico, como ponen de relieve las deficiencias congénitas..»El control génico puede determinar también algunas anomalías que afectan de un modo radical a la psique, por ej. algunos tipos de oligofrenia «.[1] En estos casos no es la estructura cerebral la raíz de la oligofrenia ,sino que por el contrario este cerebro está determinado por una célula germinal que de una manera radical es ya oligofrénica ,por ejemplo por trisomía del cromosoma 21″ «Nunca  hay una escisión entre un aspecto   psicofísico que fuera zoe y un aspecto   biográfico, que fuera bios«

La aportación fundamental de Zubiri a la cuestión del estatuto ontológico del embrión radica en la diferencia entre personeidad y personalidad. La personeidad corresponde a la unidad estructural psico-orgánica sexuada que existe desde la fecundación, que designa también como persona y suidad, y que constituye el punto de partida de la realidad humana.. Frente al  personismo que  olvida la identidad del sujeto, el ser humano es siempre el mismo, la misma sustantividad ,  aunque no sea siempre lo mismo. Para Zubiri, el ser humano mantiene su identidad personal desde la concepción a la muerte natural, ya que es siempre el mismo. La personalidad va unida al despliegue de sus potencialiades en el tiempo, y por tanto no es siempre lo mismo: es el punto de llegada de la realidad humana

“La personalidad es una cosa que se va configurando a lo largo de la vida. Constituye un término progresivo de desarrollo vital. La personalidad se va haciendo o deshaciendo, incluso rehaciendo. No es algo de lo que se parte. Pero la persona es cosa distinta. El oligofrénico es persona, el concebido antes de nacer es persona. son tan personas como cualquiera de nosotros.  La palabra persona significa un carácter de sus estructuras y como tal es un punto de partida. Porque es imposible que tuviera personalidad quien no fuera ya estructuralmente persona. Y sin embargo no se deja de ser persona porque ésta hubiera dejado de tener tales o cuales vicisitudes y haya tenido otras distintas. A este carácter estructural de la persona lo denomino personeidad, a diferencia de la personalidad”[2]. Esta distinción salva la identidad y continuidad del ser humano, desde la concepción, sin pretender atribuirle personalidad al zigoto. “ El hombre es pues formalmente una realidad sustantiva psico-orgánica. Esta unidad estructural de la sustantividad, constitutiva de la realidad humana existe, a mi modo de ver, desde la célula germinal, puesto que en ella está todo lo que en su desarrollo constituirá lo que suele llamarse un ser humano.. El germen es ya un ser humano, es ya un hombre germinante. En el sistema germinal, además de sus notas fisicoquímicas, están ya todas sus notas psíquicas, inteligencia, sentimiento, voluntad . etc. El sistema germinal es ya el sistema sustantivo humano integral” “La psique está ya en el plasma en actividad, pero en actividad puramente pasiva”[3], “Si pudiéramos asistir de una manera visual al desarrollo minucioso de un plasma germinal desde su concepción hasta que ejecuta después de nacido el primer acto más o menos inteligente de un niño, no veríamos cisura ninguna. Veríamos como la inteligencia florece precisamente de sus estructuras» . Zubiri mantuvo esta tesis del carácter personal del embrión desde la fecundación a lo largo de modo reiterado  de toda su obra con excepción de un párrafo que se contiene en su última obra [4] en el que parece dudar del momento en que aparece la vida individual , pero tal dificultad, como señala Gracia [5] está condicionada por la propia información proporcionada por él mismo  acerca  de la no aparición de vida individual hasta la implantación, debido al hecho de la gemelación . Pero de esta dificultad ya hemos ocupado con anterioridad .[6]

El  ser humano, según Zubiri, está formado no de un modo semejante a la potencia-cuerpo, el acto- espíritu, sino de modo sistémico, la persona es un sistema, formado por dos subsistemas: el cuerpo y la psique, inseparables desde la concepción: la psique es psique del soma, el soma es soma de la psique. El embrión tiene sustantividad propia, sumidad, personeidad. La personeidad es lo que el individuo tiene , lo quiera o no, su estructura. El embrión es persona, en cuanto se autoposee, “realidad en propiedad”, ser suyo. El embrión tiene menos autonomía, pero mayor control sobre el medio que el recién nacido [7].

 [1]  Zubiri, Xavier, Sobre el hombre, Madrid, Alianza, 1986, 471 y 661

[2] Zubiri, Xavier, Sobre el hombre, cit  p. 113

 

[3] Zubiri, Xavier, Sobre el hombre, cit. p. 46 p.496, ver también, p.559ss.

[4] Zubiri, Xavier, El hombre y Dios, Madrid, Alianza, 1984, p. 50

[5] Gracia, Diego, Problemas filosóficos en genética y en embriologia, cit.,p.250s

[6] cfr. Notas 19ss.

[7] Zubiri, Xavier, Sobre el hombre, cit  p. 561

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El cuerpo de un hombre adulto posee alrededor de 50 mil millones de células, cada día se renuevan cerca de 300 millones; de este modo cada siete meses el organismo se regenerará casi del todo.

Como antes decíamos, Zubiri se opone con rotundidad a las tesis que hablan de la evolución del embrión a través de los tres estadios; vegetal, animal y humano, tesis que sigue teniendo su influencia incluso en la legislación actual, como pone de relieve algunos párrafos del Informe Palacios [1].  Dada la importancia del párrafo no nos resistimos a transcribirlo integro:» Los físicos, médicos, filósofos y teólogos medievales pensaron que la célula germinal no es aún formalmente un viviente humano. Pensaron que el embrión humano es inicialmente un viviente vegetal. Sólo al cabo de pocas emanas se «transformaría» en «otra cosa»: en viviente animal. Y sólo en las últimas semanas este animal se «trans-formaría» por acción divina en «otra » cosa; en animal racional , en hombre. Antes no sería un viviente humano, personalmente esta concepción me parece insostenible. Pienso que en el germen está ya todo lo que en su desarrollo constituirá lo que suele llamarse hombre, pero sin «trans-formación » ninguna sólo por desarrollo. El germen es ya un ser humano. Pero no como creían los medievales ( y los medievalizantes, que muchas veces ignoran serlo) porque el germen sea germen de hombre, esto es, un germen de donde saldrá un hombre, sino porque el germen es un hombre germinante, y por tanto » es ya» formalmente y no sólo virtualmente hombre». [2]    

Pero Zubiri no es el único autor en subrayar la identidad personal, como un continuo que va desde la fecundación a la muerte natural. Otro autor que muestra  esta aproximación a la realidad de la identidad personal, como ya ha sido señalado con anterioridad en este libro [3] ha sido Hans Jonas , a través de sus diferentes escritos, especialmente en el titulado El principio vida. Hacia una biología filosófica [4]. “La identidad del organismo, que puede ser observada mediante signos externos, sean morfológicos o fisiológicos, es una indicación necesaria y suficiente de su identidad interna y por tanto de su individualidad  y de su condición personal. Cualquier ente que muestre una identidad de organismo es un individuo. La identidad orgánica es radicalmente diferente de la identidad física , ya que durante su vida, un organismo cambia continuamente sus componentes materiales (átomos, moléculas) siendo sin embargo el mismo . La identidad orgánica es la identidad de una forma dinámica (en el tiempo) no de una materia». Esta forma  dinámica es precisamente el fenotipo , tal como afirman Colombo y Serra interpretando a Jonas [5] » ¿Cómo es posible interpretar la identidad orgánica de la que habla Jonas en los términos en que la ciencia contemporánea explica las propiedades y las características biológicas?. Actualmente las bases bioquímicas del metabolismo y la homeostasis se reconocen en el cuadro fenotípico (a todos los niveles, del molecular al somático). Dado que el genotipo (contenido informativo genético de las células) representa el elemento permanente de un organismo- con la significativa excepción de las mutaciones genómicas- la única forma dinámica de la que podemos tener experiencia es el fenotipo».    

En  esta misma  línea se encuentra el pensador alemán Robert  Spaemann,  Para este autor, el error de Locke habría  consistido  en proponer  que la identidad personal se constituye exclusivamente por la conciencia y el recuerdo propios.  Frente a esta posición la solución al problema de la identidad radica en colocarse en el punto de vista de los otros para determinar mi identidad. Se trata de un  criterio exterior, a saber,” la identidad de mi cuerpo como existencia continua en el espacio y el tiempo”[6]. ” La continuidad de la persona está unida a la continuidad de un organismo, escribe Spaeman- que se encuentra en el mundo y que los demás pueden identificar como el de una persona determinada,  ya que el ser de las personas consiste en  tener una naturaleza , frente a la pretensión autárquica del estoicismo y de Descartes. ”.[7]

 El fenotipo manifiesta la identidad y continuidad de la persona y es a su vez algo que merece un respeto incondicionado, como pone de relieve el hecho de que toda agresión a la integridad corporal del ser humano supone automáticamente una agresión a su identidad personal y a su dignidad.[8]

Concluyendo, en la actualidad la individualidad  del ser humano no puede ser establecida ,como se ha creído durante algún tiempo como algo que deriva de la simple existencia del genoma ,sino que exige el desarrollo epigenético del mismo. Sin embargo esta individualización a través de la epigénesis no supone retrasar la aparición del vida humana individual. La célula con fenotipo cigoto es ya un individuo humano, como se ha mostrado en el capítulo  anterior, y por tanto, como hemos tratado de ver en este articulo, una persona.

[1] Ello ha sido apuntado por Bellver, Vicente ¿ Clonar? Etica y derecho ante la   clonación humana, Granada, Comares, p.140 ,nota 32  Sobre   ello remito a los capitulos 4 º y 12 de este libro.

[2]  Zubiri, Xavier, Sobre el hombre, cit. p.50. 

[3]  Véase lo dicho en el capítulo 5º

[4] Jonas, Hans, El principio vida. Hacia. una biología filosófica, Madrid ,Trotta, 2000, p. 216ss.

[5] Identidad y estatuto del embrión humano: la contribución de la biología, en VVAA  Identidad y esatatuto del embrión, cit. p. 117

[6] Spaemann ,Robert  Personas, Pamplona, EUNSA, 2000 p.54 y p. 144 Véase también, Schumacher, Guía para perplejos, Madrid, ,Debate, 1981.

 [7]  Spaemann, Robert, Personas ,cit.  p.91 y 138.

[8] Spaemann,  Lo natural  y lo racional  , Madrid, Rialp. p.116

 

  1. III. No contradicción entre el carácter personal de la madre y el carácter personal del embrión

    Como hemos visto en las posiciones «personistas»  una de las grandes dificultades  para reconocer  al embrión la condición de persona es la creencia en que la dimensión de la    maternidad, en cuanto supone un cuidado intrasferible de la madre respecto al hijo supone una situación análoga a la esclavitud, de la que la madre debe ser liberada si lo desea. Esta es la ideología que subyace en la sentencia Roe vs Wade ,por la que se reconocía el derecho al aborto, como derecho a la intimidad, durante los seis primeros meses de embarazo.  “El feto es dependiente del cuerpo de la madre que lo concibió. Aquel no puede vivir sin ella. Aunque todos los niños y muchos adultos sean dependientes de otros para sobrevivir, mucha gente les puede proporcionar apoyo. El feto ,al contrario, es dependiente por completo de la mujer en particular».[1]

    La mentalidad incompatible con el reconocimiento del carácter personal del embrión es la mentalidad individualista que considera que la libertad se identifica con la autarquía, con la independencia respecto de los otros. Y tiende a juzgar como  indigno el cuidado, tanto en su dimensión activa, del cuidar, como en la pasiva, del ser cuidado. La maternidad como carga insoportable, he aquí el principal problema para el embrión.

    Por el contrario si se parte de que el ser humano es un ser dependiente que necesita cuidar y ser cuidado, desaparece el conflicto entre el carácter personal de la madre y el del embrión.[2] Ello guarda relación con el significado de la expresión existir , que implica salir de si , y que remite por tanto a la alteridad, tal como señaló Ricardo de san Victor , autor al que apela Zubiri, a la hora de definir la realidad de la persona [3]. Si el cuidar, como el salir de sí  es reconocido como una manifestación fundamental de la realización personal, desaparece toda contradicción entre el carácter personal de la madre y el carácter personal del embrión. Mientras que el individualismo conduce al aislamiento , y al desarraigo, la ética del cuidado conduce a la visión del ser humano como encuentro [4]

    El carácter personal del embrión exige que sea el resultado aleatorio del encuentro entre su madre y su padre, como pone de relieve la Declaración de Derechos de la Asociación Médica Mundial,[5]. y que tal encuentro dé origen a su aparición en las trompas de falopio  “Desde el momento en que el embrión no es protegido por su habitat natural- el cuerpo de la madre- nada impide que sea utilizado para fines contrarios a su propia supervivencia.»[6].

    Hay una conexión profunda entre el recurso a las técnicas de reproducción asistida y la instrumentalización del embrión. Resulta en este sentido significativo que el introductor de la tecnología de la FIV  Robert Edwards haya propuesto que cada embrión concebido in vitro sea dividido en dos embriones gemelos : de ellos uno sería transplantado en el útero materno, mientras que el otro sería congelado . Así, cada niño concebido in vitro dispondría de su doble como reserva potencial de tejidos para transplante por si pudiese necesitarlos en caso de enfermedad [7]

    La congelación de los embriones aparece como el supremo atentado contra el carácter personal del embrión, ya que le sustrae a lo que es la condición existencial por antonomasia, el tiempo, y le expone a un claro riesgo de muerte.. El recurso a la congelación no puede ser explicado como medio de hacer menos gravosa  la tarea de la mujer en la FIV [8], sino como modo de disponer de material biológico para uso científico , lo que puede verse como la finalidad fundamental de la FIV.

    [1]  cfr el capitulo 3º de este libro.

    [2] Sobre las virtudes de la dependencia reconocida, véase MacIntyre, Alasdair, Animales racionales y dependientes , Barcelona, Paidós, 2001, cap.10

    [3] Sobre ello me permito remitir a mi articulo Il problema della natura umana nella filosofia spagnola, en Rivista internazionale di Filosofia del diritto, 1994, pp. 709

    [4] Sobre ello remito al capitulo 7º de este libro.

    [5] Cuadernos de Bioética,  1997, p. 1182

    [6] Andorno, Roberto, Bioetica y dignidad humana, Madrid, Tecnos, 1998, p.120

    [7]  Así lo narra Testard, Jacques, Le désir du gène, Paris, Bourin,1992, p. 178.

    [8]  Sobre ello, véase el capitulo 8 º  de este libro.

 

Ponencia de Jesús Ballesteros

Congreso organizado por D. Enrique Cases
El Árbol de la Vida sobre la Vida en sus inicios con ponencias de Biomedicina, Filosofía y Derecho, con premios de novela y de investigación para universitarios y bachilleres 2005

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