A la mujer que sufre

Me han dicho que sufres, y que sufres mucho. Que sabías que había dolor en el mundo, pero nunca pensaste que a ti te alcanzaría … ¡y en qué forma!

Quisiera llegar a tu Corazón, mujer que sufres. En cualquier parte del mundo existe el dolor y a ti, sea del lugar que seas, te ha alcanzado con sus dardos. No sé quién eres … tal vez la luna ya ha besado tus cabellos, dejando en ellos sus rayos de plata y tus ojos tienen la experiencia de una larga vida, compuesta de muchas realidades, pero ya con muy escasos sueños. Tal vez estás en plena juventud y le sonríes a la vida, a pesar de las dificultades, traiciones y zozobras. Tal vez resuene en tus oídos aquella marcha nupcial que te unió al hombre … que ahora ya no tienes. O, lo que aún es peor, el hombre que sigue a tu lado pero que ha producido un enorme abismo entre tu corazón y el suyo. Tal vez recuerdes al niño que meciste entre tus brazos cuando era muy pequeño y que ahora, mujer, sientes el dolor de haberlo perdido.

Yo no me atrevo a entrar en tu alma porque eso solamente le pertenece a Dios, pero me acerco a ti con toda admiración y respeto. Quisiera llevar hacia ti la paz y el consuelo, aun a pesar de tu dolor.

si te acercas a un Cristo crucificado, entenderás un poco el sentido del sufrimiento, pues no hay dolor como Su dolor. ¡Contémplalo! Está en una cruz, clavado.
Míralo bien. Dile que le das tu corazón herido para que de Sus espinas florezcan rosas fragantes que deseas poner a Sus pies llagados.

Pero si te acercas a un Cristo crucificado, entenderás un poco el sentido del sufrimiento, pues no hay dolor como Su dolor. ¡Contémplalo! Está en una cruz, clavado.
Míralo bien. Dile que le das tu corazón herido para que de Sus espinas florezcan rosas fragantes que deseas poner a Sus pies llagados, y recordar que más le duele al que las pisa que al que las besa.

Está en esa Cruz para que sepas que Su Corazón te comprende y que desea ser abrazado. Quisiera que comprendieras estas palabras: “No es el sufrir, sino la manera de sufrir lo que dignifica”. Que tu vida transcurra de forma heroica. Pon tu alma dolorida en el Corazón de Cristo Jesús y hallarás el Consuelo que jamás imaginaste.

Voy a pedirte algo más. Que perdones al que te haya herido o te haya provocado ese dolor que invade tu vida entera. ¡Sé que cuesta mucho!.
Perdona a todo aquel que robó tu calma, tu felicidad, a quien no tuvo el reparo de destrozar tu vida, tus sueños, a quien te hundió en la soledad y el abandono. Verás que perdonando es como se alcanza la luz y la Felicidad