Hace varios meses nos llamó la atención un artículo leído en la “Internet” donde se escribía sobre una carta que dirigió el Demonio a todos los demás “ángeles caídos”.
Entre muchas cosas más, el Demonio les recomendaba que tentaran a los seres humanos, principalmente aquellos que siguen a Cristo, inculcándoles una serie de mentiras, y presentarles cosas y personas que son muy atrayentes para los humanos.
También les recomendaba que mantuvieran ocupadas a las personas con cosas que no tienen ninguna importancia y, principalmente, que les robaran el tiempo en asuntos superfluos e inútiles que, naturalmente, no les aprovechara para vivir espiritualmente tranquilos.
Para ello – seguía diciendo el “Príncipe de las Tinieblas” – tiéntenlos en formas de gastar y gastar en cosas que ni siquiera necesitan; que piensen en trabajar 7 días de la semana, de 12 a 18 horas sin parar, con objeto de que se sientan tan cansados como para no tener tiempo para dedicarlo a la familia y ni siquiera para prestar atención a la esposa o al esposo y menos a los hijos.
El demonio tiene dos objetivos muy claros; el primero es que pienses que no existe, para así campar a sus anchas en tu vida. El segundo es, que si sabes que existe, te obsesiones con él, dándole la importancia que no tiene, ya que si estamos con Dios padre, Jesús, la Virgen María, los ángeles (en especial San Miguel Arcángel), y los santos, no tenemos nada que temer.
Entretengan a los hijos con diversiones que les llamen mucho la atención, principalmente con escenas de sexo y de violencia, como en algunos videojuegos, celulares y “tabletas”. Que todos llenen su casa con basura, como son revistas y programas de la televisión. Que presten mucha atención a lo que difunden por la “Internet” sobre mentiras y noticias falsas. Promuevan que niños, adolescentes y jóvenes mayores apoyen el aborto y los “matrimonios” de personas del mismo sexo.
Mayormente, terminó diciendo el Demonio, promuevan que no escuchen a nadie que les hable de Dios, nuestro enemigo y que crean que no existimos y tampoco que existe el infierno. Que crean que no existe el pecado y que nada es malo. Eso nos conviene mucho.
Repetimos, eso fue lo mucho de lo que les escribió el Demonio a sus seguidores.
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