Nuestro mejor amigo

Los psicólogos nos dicen que un verdadero amigo es aquél que conoce lo negativo o lo malo que hay en nuestro interior, y aun así nos ama.

Si un amigo solamente nos acompaña en los mejores momentos de nuestras vidas, pero nos abandona cuando comienzan las dificultades, en realidad no es un amigo.

¿Podemos encontrar un mejor amigo que Nuestro Señor Jesucristo? La respuesta es obvia: no.

Hay una canción que dice: “¡Qué maravilloso amigo encontramos en Jesús!”. Él es el centro de nuestra existencia, como se reflexionó en un tema de hace ya varios meses.

Por nuestras fallas, defectos y caídas, solemos ofender a ese Amigo, pero Él nos comprende… y nos perdona, como pidió perdón a Su Padre estando en la Cruz.

Jesús es SIEMPRE el amigo fiel que NUNCA falla

No olvidemos por otro lado, lo que Jesucristo dijo a Sus discípulos en la Última Cena: “Ya no los llamaré siervos, sino amigos”. Y lo sigue diciendo a través de los siglos.

Así, en el drama del Misterio Pascual, nos llamó a una nueva vida, una vida de amistad con Dios.

Luchemos para seguir siendo amigos del Dios encarnado. Con todo y que somos seres falibles y débiles por naturaleza, encontramos en Cristo la ayuda y la fortaleza para seguir contando con Su amistad que emana de un corazón compasivo y misericordioso y, sobre todo, que ama.