Memorial
MADRE ANGÉLICA
Damos comienzo a este Memorial de Madre Angélica XVI donde EWTN te ofrece un recorrido por la obra y el legado de la fundadora de EWTN.
«Verás, Dios espera que su pueblo haga lo ridículo para que Él pueda hacer lo milagroso»
Madre Angélica
La vida de la fundadora de EWTN
Dicen que Dios obra de manera misteriosa, pero nadie habría predicho que elegiría a una monja clarisa sin experiencia en radiodifusión para construir un imperio mediático.
La futura fundadora de EWTN nació el 20 de abril de 1923. La joven Rita Rizzo experimentó dos milagros que marcarían su vida. A través de ellos, se dio cuenta de que Dios la amaba personalmente, y ella comenzó a amarlo a su vez.
En 1944 ingresó en un convento y se convirtió en Sor Mary Angelica. Tras una serie de dolencias que la incapacitaron, prometió a Dios que, si le permitía volver a caminar, fundaría un monasterio en el Sur.
En aquellos primeros días, la supervivencia era un reto para el monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles en Irondale, Alabama. Para mantener su trabajo, las hermanas vendían señuelos de pesca y cacahuetes asados, y la Madre Angélica daba charlas de salón, utilizando su ingenio y encanto para ganarse al público.
A medida que ganaba popularidad, la Madre era invitada con frecuencia a hablar a grupos o en la radio. Pero fue en una visita a una cadena de televisión dirigida por baptistas en Chicago donde declaró célebremente: «Señor, tengo que tener uno de estos».
Armada con sólo 200 dólares y 12 monjas de clausura sin experiencia en televisión, la Madre convirtió el garaje del monasterio en un estudio de televisión. En 1981, EWTN se convirtió en la primera televisión católica por satélite del país. La Madre se convirtió en una estrella de la televisión presentando un popular programa que aún sigue en antena, «Mother Angelica Live». A pesar de los innumerables retos y de las millonarias deudas, la cadena creció sostenida únicamente por las aportaciones de los telespectadores.
Hoy, EWTN es la mayor corporación católica de medios de comunicación del mundo. Sus 11 canales de televisión se emiten en varios idiomas a más de 400 millones de hogares en más de 150 países y territorios. Con una amplia labor en la recopilación de noticias, la radio, los periódicos, los sitios web y las publicaciones, difunde el Evangelio de Jesucristo a un público mundial que busca desesperadamente la Verdad.
Todo gracias a una monja que se negó a aceptar un «no» por respuesta y confió en que Dios proveería.
Oración de la Madre Angélica por EWTN
Dios, Señor del Cielo y de la Tierra, Tú solamente has llevado a cabo todo lo que hemos hecho.
Que esta primera Red Católica Global sea un tributo a la belleza de Tu Iglesia. Que Tu Hijo, la Palabra Eterna, sea glorificado por esta obra, trabajo de Tus manos. Bendice todos los programas que se transmitirán desde sus instalaciones.
Tal como Su Palabra procedió de Ti, Dios Padre, pedimos que esa misma Palabra toque el corazón de cada televidente y oyente. Permite que el Espíritu Santo obre libremente a través de cada persona que proclama Tu verdad y a Tu Iglesia.
Concédele a esta red el poder de inspirar a los hombres a buscar la santidad, celo para extender Su Iglesia, valor para buscar la justicia y los derechos humanos y paciencia para perdurar ante la persecución. Amén.
El Rosario de Madre Angélica
10. El Salve a María y el ¡Oh, Jesús Mío!
Las oraciones del Santo Rosario
La Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
El Credo
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. -Y en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; y nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fué crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. -Creo en el Esprítu Santo, en la Santa Iglesia Católica; la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
El Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, Santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.
El Ave María
Dios te salve, María; llena eres de gracia: el Señor es contigo; bendita tú eres entre todos las mujeres; y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
El Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
¡Oh, Jesús mío!
¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia. Amén.
La Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia. Vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve a tí clamamos los desterrados hijos de Eva. A tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra; vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente!, ¡Oh piadosa!, ¡Oh dulce, siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.