A lo largo de los dos mil años en la Historia de la Cristiandad, han nacido, vivido y muerto miles de santos y santas quienes siempre siguieron el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo. Pero, ya se comentó en otra ocasión, han existido también miles de miles de personas con la misma fe y los mismos logros, sin que hayan sido canonizados. Igualmente, todos ellos están en el Cielo.

Esto ha venido a nuestra mente por una frase que leímos no hace mucho tiempo y que literalmente dice: “Cada falla, contiene la semilla del éxito”.

Las circunstancias que ahora vivimos en lo religioso no son para alarmarnos. Esas circunstancias fueron previstas con asombrosa exactitud  hace más de 50 años por el aquel entonces Cardenal Ratzinger (el Papa Emérito Benedicto XVI) quien escribió: “La Iglesia del futuro será más pequeña en cuanto al número de creyentes, pero será más vigorosa, pura y auténtica y volverá a crecer cuando las falsas premisas de nuestra cultura resulten en una portentosa falla. La Fe es fértil y por lo tanto, se dirige hacia el futuro. “No creer equivale a un vientre estéril”.

En ocasiones, un conflicto puede tener el aspecto positivo pues a la larga nos hace ver con mayor claridad los acontecimientos; la claridad revela la verdad; y la verdad “nos hace libres” (San Juan, cap VIII, vers 31).

Sin que el mundo secular lo sepa, hay muchísima gente que hace el bien, en terreno eclesiástico y en el que no forma parte de ninguna Orden Religiosa.

Todo ser humano quiere conocer también el significado de la vida. Debemos empezar sabiendo que la Fe Católica es la verdadera explicación de una realidad, contraria a los impulsos de la cultura moderna que tan solo es ficticia y la ficción crea ansiedad

Lo vemos muy bien en los diversos movimientos que existen en nuestra Iglesia Católica. Movimientos de jóvenes y para jóvenes. Laicos comprometidos en una sola causa: llevar la Cruz de Cristo a todas las personas y todos los lugares. Existe además una gran sed por conocer más a Dios para amarlo más. Eso da ánimos y la renovación comienza a partir de este punto.

Todo ser humano quiere conocer también el significado de la vida. Debemos empezar sabiendo que la Fe Católica es la verdadera explicación de una realidad, contraria a los impulsos de la cultura moderna que tan solo es ficticia y la ficción crea ansiedad; la ansiedad requiere de un medicamento que nos hace dependientes y la dependencia hacia algo artificial nos esclaviza.

En contraparte, nuestra Fe nos libera, nos da una Esperanza y un verdadero significado a lo que somos y valemos. Logrando eso, llegaremos, en efecto, a constituir el auténtico “Pueblo de Dios”.