Cuando nos miramos ante un espejo, solamente nos vemos reflejados en él, pero ese reflejo no es nuestra propia persona.

Esto nos lleva a pensar y hacer un par de  preguntas: ¿Qué les reflejamos a otros? ¿Nuestro verdadero yo, o solamente una imagen que no corresponde a nuestro modo de vivir y actuar?

Queremos dar a conocer una anécdota que se publicó en el ABC del Catolicismo y que nos permitimos transcribir: Cierta mañana, la madre de una niñita de 8 años de edad, después de haberla dejado en el camión del colegio, fue a la tienda y al llegar a la caja saludó con una gran sonrisa y alegría a la cajera. Ya al comenzar la tarde, cuando  regresó de la escuela, la hija le dijo muy feliz: “Mami, mami, te quiero decir algo”. La madre le gritó muy enojada: “Ya te he dicho muchas veces  que primero tienes que lavarte las manos para comer antes de hacer otra cosa”. Con unas pocas lágrimas derramándose sobre sus mejillas, la niñita le contestó: “Solo quería decirte que te quiero mucho”.

Por otro lado, el autor de una columna en un portal católico de la “Internet” escribió no hace mucho tiempo que cuando por la mañana se vio en el espejo, se puso a pensar que el día anterior se había comportado muy mal con cierta persona y se dolía mucho por ello – inclusive tendría que ir a confesar esa falta cometida Dios y contra el prójimo. Luego recordó lo que San Pablo escribió en una de sus Epístolas: “No entiendo lo que me pasa, pues, no hago lo que quiero y a cambio hago lo que no quiero”.

Nuevamente, otras dos preguntas: ¿Quiénes somos en realidad ante los otros? (el prójimo). ¿Solo un reflejo en el espejo?

Durante su Pontificado, el Papa Benedicto XVI  dijo que uno no puede entender por completo la virtud del amor, sin entender la necesidad de amar y que solamente podremos ansiar que seamos salvados cuando entendamos que tenemos la necesidad de ser salvados. La salvación proviene de Cristo Nuestro Señor y de que entendamos y cumplamos con “la Ley del Amor”.

Finalmente, no olvidemos que Dios nos creó a Su imagen y semejanza, imagen que desde luego no es la que refleja un espejo.